viernes, 11 de marzo de 2011

Sección - PRODUCCIÓN DE MEDIOS

DISNEY CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO.

La factoría Disney pasa por ser una de las más rentables empresas de todo el planeta. De hecho su imperio es tan grande que todo lo que pasa por sus manos, termina convirtiéndose de una manera u otra en un éxito asegurado.
Este gigante de la animación, se suma a la preocupación mundial por el medio ambiente y el cambio climático.
Por eso, hay que celebrar que Disney haya decidido crear una filial para potenciar las películas que hablan sobre naturaleza.
Los estudios Walt Disney, habituales ya en la exaltación de los valores de la amistad y del amor, apelará el sentimiento ecológico de los espectadores a través de varios documentales.
Bajo el nombre de Disneynature, la compañía fundada por Walt Disney, lanzó su primer documental: Earth, en la cual se pretende impresionar a los espectadores con sus increíbles imágenes del planeta.
La película trata de una osa polar que lucha por alimentar a sus cachorros recién nacidos, mientras el sol derrite el hielo; por otra parte, una madre elefante que guía a su cría del desierto de Kalahari en busca de agua dulce y por último una madre ballena jorobada, recorre con su cría cuatro mil kilómetros para alimentarse de calamares.
Este documental tiene una duración de 90 minutos, está narrado por el famoso actor James Earl Jones y es de los que merece la pena verse.

“Disneynature es un concepto que pretendemos desarrollar en todo el mundo a lo largo de los años y esperamos que estos filmes contribuyan a una mejor comprensión de la belleza y la fragilidad de nuestro mundo natural”, argumentó Robert Iger, presidente de Walt Disney.
Hasta ahora, nos hemos dado cuenta como las películas de dibujos animados y tres dimensiones, enseñan a los niños a tener respeto por la naturaleza y entender sus ciclos. Pero, con esta nueva productora, Disney pretende dar un paso más allá y tratar la temática de una forma más seria.
 
 
 
                                                                                   POR: IVETH MACÍAS
 

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